Hace poco tenía que llevar algo a casa de unos amigos para una cena de picoteo, preparé este bizcocho y a todo el mundo le encantó, así que ahí va. Es ligero, está buenísimo y sobre todo sorprende lo esponjoso que queda :). La receta original podéis encontrarla aquí, personalmente he hecho un pequeña versión, ¡espero que os guste!
Ingredientes:
- 150g de harina
- 50g de maizena
- Una cucharadita de levadura
- 3 huevos
- 100g de queso gruyere (yo no tenía y puse Emmental)
- Medio vaso de aceite vegetal
- Medio vaso de leche
- 20g de mantequilla
- 250g de calabacín
- 100g de parmesano
- Aceitunas negras picadas
- Albahaca fresca
- Menta fresca
- Sal
- Pimienta
Antes de nada, os voy a hablar sobre el aceite. Ya que el calabacín tiene un sabor muy suave y los quesos bastante fuerte, no os recomiendo que uséis aceite de oliva virgen extra, al menos no toda la cantidad. Yo lo que hice fue añadir un cuarto de vaso de aceite de oliva y otro cuarto de vaso de aceite de girasol, y así lo compensé un poco.
Para empezar, se lava el calabacín y se ralla con piel. En una sartén se pone la mantequilla y una vez deshecha se añade el calabacín. Se mantiene a fuego medio, removiendo de vez en cuando hasta que suelte todo el agua y una vez listo se reserva.
Se tamizan la harina, la Maizena y la levadura y se mezclan de forma homogénea. Se baten los huevos, y se mezclan también el aceite, la leche, la sal y la pimienta. Para incorporar los ingredientes secos evitando grumos difíciles de mezclar, yo las voy incorporando poco a poco con la ayuda de un colador, mientras sigo batiendo.
Cuando sea una masa homogénea se le añaden el calabacín, los quesos y las hierbas aromáticas y se mezcla una última vez.
Por último se vierte en un molde de silicona, o previamente engrasado, y se introduce en el horno precalentado a 180º entre 40 y 50 minutos. Es mejor dejarlo enfriar antes de desmoldarlo. Y después... ¡A disfrutar!
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